« Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no te pondrán en peligro ni cien batallas. »
Sun Tzu, El arte de la guerra
Nuestro mayor enemigo no está lejos de nosotros, sino en nuestro interior. Nadie puede provocanos el miedo, la rabia, la decepción o la amargura. Sólo nosotros podemos hacerlo, aceptando unos cuantos pensamientos agresivos sin siquiera cuestionarlos.
No tenemos que emprender una cruzada para combatir a nuestros principales adversarios. Existen otras posibilidades. Y podemos cambiar algo justo donde las probabilidades de éxito son mayores: en nosotros mismos.