jueves, 23 de junio de 2011

Un mendigo

En la calle acercósele un mendigo, diciéndole: «¡Una limosna, por Dios, señorito, que tengo siete hijos!» «¡No haberlos hecho!», le contestó malhumorado Augusto. «Ya quisiera yo haberle visto a usted en mi caso -replicó el mendigo, añadiendo-: Y ¿qué quiere usted que hagamos los pobres, si no hacemos hijos... para los ricos?» «Tienes razón -replicó Augusto-, y por filósofo, ¡ahí va, toma!» y le dio una peseta, que el buen hombre se fue al punto a gastar en la taberna más próxima.

Niebla (1914), Miguel de Unamuno.

martes, 14 de junio de 2011

Una persona segura


Una persona segura encaja las ofensivas. Está preparada y no duda de ella misma. Una persona segura sabe escuchar, es más tolerante y más contundente.

El buen comunicador se muestra tranquilo, respeta a su contrario y se interesa por él. Solo alguien muy seguro de sí mismo puede mostrar interés por los argumentos de su oponente durante una discusión. Y continúa mostrando el mismo respeto cuando es atacado. Separa los hechos de las emociones y responde con tranquilidad a lo que le dicen, sin sentirse herido. No hay gestos socarrones, caras extrañadas ni ironía encubierta.

jueves, 9 de junio de 2011

El silencio, una poderosa herramienta

El silencio es la mejor manera que tiene una persona para decir: "Lo que acaban de escuchar es primordial, reflexionen sobre ello." Es una de las herramientas más potentes que tenemos para comunicar.

A través del silencio logramos que quien nos escucha conecte con nuestros mensajes. Conseguimos también que la comunicación sea más directa, más certera, más humana. Como si diéramos a nuestro público el tiempo suficiente para buscar en su interior experiencias vividas que les permitan corroborar lo que les estamos contando. Es el momento de conectar con sus emociones.

¿Por qué huimos del silencio? El silencio nos exige seguridad. Permanecer callado delante de un gran público es comprometido. Rápidamente, hay quien quiere rellenar sus dudas con palabras, su inseguridad con mensajes, su falta de pericia con textos. Y cuando callan, cuando se quedan inmóviles frente a otros, se sienten solos y vulnerables.

miércoles, 8 de junio de 2011

La importancia del calentamiento


El calentamiento proporciona tres factores fisiológicos beneficiosos para el ejercicio:

- La elevación de la temperatura mejora la capacidad para realizar un trabajo físico. El nivel crítico al que se producen las distintas reacciones químicas del metabolismo es menor, por lo que las reacciones se producen antes.

- La contracción de los músculos es más rápida y más fuerte. La sensibilidad de los receptores nerviosos y la velocidad a la que un nervio transmite su impulso son mayores.

- La rigidez (o viscosidad) del líquido sinovial limita la amplitud de una articulación y facilita el movimiento. La viscosidad del líquido sinovial se reduce (ofrece menos resistencia) cuando aumenta su temperatura durante el calentamiento. Se requiere más fuerza y longitud de estiramiento para romper el músculo que se haya sometido a calentamiento debido a la reducción de la viscosidad del tejido conectivo del músculo.